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¿La necesidad es la madre del ingenio?

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Muchos de nosotros estaríamos tentados a decir que sí, sobre todo después de haber arreglado un WC roto, una puerta caída o un motor descompuesto con un alambrito de pan Bimbo. Mater artium necessitas es una idea que desde hace siglos ha permeado en nuestras sociedades. Para la sociedad mexicana en particular, esa máxima parece haberse convertido incluso en idiosincracia nacional (los ejemplos proporcionados son enteramente ficticios, o le sucedieron a un amigo de un amigo, y no representan una práctica común en Historias Cienciacionales). Pero, al igual que toda sentencia dogmática, ésta seguro debe tener también sus excepciones.

La primatóloga Kathelijne Koops, de la Universidad de Cambridge, ha puesto a prueba esa idea, buscando más allá de los orígenes de las sociedades humanas: en nuestros primos primates. Ha estudiado por varios años el uso de herramientas en chimpancés en estado natural y sus observaciones le sugieren que, al menos en los primates que usan herramientas, la madre del ingenio no es la necesidad, sino la oportunidad.

Por más de treinta años, los chimpancés de las montañas Nimba en el país africano de Guinea han vivido bajo las miradas de científicos como Koops. Ella estaba interesada particularmente en la forma en que esos primates usan varas y palitos de diferentes árboles para tomar por asalto colonias enteras de hormigas guerreras (aquellas famosas por vivir en un gigantesco ejército nómada que se mueve constantemente por el suelo de la selva). No todos los chimpancés saben usar las herramientas adecuadas para capturar y comer estas agresivas hormigas, así que los primatólogos saben que no es un comportamiento heredado genéticamente. Pero incluso entre las poblaciones cercanas entre sí, algunos grupos de chimpancés comen hormigas guerreras y otros no. ¿Por qué?

Koops y sus colegas razonaban que, si la necesidad es la madre del ingenio, entonces los chimpancés que usan palitos para comer hormigas deben pasar por momentos de crisis en los que se ven forzados a llevar su ingenio al extremo. Si esto era cierto, los primatólogos debían encontrar que, en momentos de escasez de fruta u otros componentes vegetales de su dieta, los chimpancés deberían usar más frecuentemente herramientas para capturar hormigas. Pero eso no fue lo que encontaron.

Luego de diez años de tomar datos, Koops y sus colegas hallaron que los chimpancés capturan hormigas con la misma frecuencia todo el año, independientemente de si escasea o abunda otro tipo de alimento. Lo que es más, encontraron también que la especie de hormiga de la cual se alimentan los chimpancés es la más abundante en esa zona y que la especie de árbol de la cual prefieren tomar los palitos es también de las más abundantes. La madre del ingenio chimpancé no parece ser la necesidad, en forma de escasez de alimento, sino la oportunidad, en forma de abundancia de los recursos básicos para inventar tecnología.

Poco tiempo después, Koops invitó a otros colegas primatólogos que trabajan con otros primates, como orangutanes o monos capuchino, a analizar sus respectivos datos bajo esta nueva mirada. Este mes, publicaron los resultados de su análisis, en el que concluyen que, en esas especies de primates, la oportunidad ecológica parece ser un factor más importante que la necesidad a la hora de usar herramientas. Así, una de las conclusiones de Koops y sus colegas es que las características del ambiente, junto con las capacidades cognitivas y la organización social, son un factor importante para el desarrollo de tecnología primate no humana. ¿Lo serán también para el nuestro?

Puesto que somos parientes tan cercanos, “estudiar [a los chimpancés] es un modo de informarnos sobre nuestra propia evolución”, dice Koops en una entrevista para la editorial de la Royal Society. Así que, en principio, sus resultados nos pueden sugerir cosas sobre la historia de la tecnología humana. Habría que encontrar los modos de abordar esa pregunta en nuestras propias sociedades, pero mientras eso sucede, en Historias Cienciacionales lanzamos una hipótesis muy particular y local. Quizá los mexicanos somos maestros en la tecnología de arreglar desperfectos con alambritos de pan Bimbo no porque nuestro ingenio se avive son la crisis, sino porque tenemos abundancia de los dos recursos necesarios: alambritos de pan Bimbo y desperfectos.

Fuentes:

Aquí el estudio reciente de Koops y sus colegas, publicado en la revista Biology Letters.| Aquí el estudio de diez años coordinado por Koops, publicado en American Journal of Primatology. | Aquí la nota fuente.| Aquí la entrevista a la Dra. Koops. | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales |Imagen