El fallo en la comunicación del cambio climático.

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El día de hoy tenemos dos noticias, una mala y una buena. La buena es que los reportes negativos sobre el cambio climático –aquellos que sostienen que no es real– tienen un efecto momentáneo en la opinión pública. La mala noticia es que las buenas noticas tienen el mismo efecto pasajero.

En un estudio se midió qué tan seguido la gente buscó información sobre el cambio climático. De acuerdo con los investigadores que realizaron este trabajo, las búsquedas aumentaron desde 2006, cuando Al Gore lanzó su documental titulado "Una verdad incómoda".

Los resultados del estudio mostraron que, después de seis días de ser anunciadas las noticas, la frecuencia de búsqueda cae un 50%, mientras que 22 días después las búsquedas sólo alcanzan el 10%. Los países que más búsquedas han realizado sobre el tema han sido Estados Unidos, Canadá y Australia.

Los investigadores mencionan que en la esfera académica existe una enorme preocupación porque los eventos relacionados con el cambio climático dañen de manera permanente la confianza pública, así que con este estudio se demuestra que esto no es totalmente cierto. Y aunque, de alguna manera, esto puede ser bueno, los resultados también demuestran que el cambio climático no es un tema puntero en la opinión pública.

De acuerdo con los autores del trabajo, es muy poco probable que un público con poco interés en cambio climático motive políticas que busquen solucionar el problema.

Los resultados muestran que aquellos que comunican sobre el cambio climático deben reevaluar cómo hacerlo de manera efectiva para atraer al público. Un ejemplo es moviendo la atención del escándalo y la controversia, ya que esto reduce la confianza que la gente tiene en los científicos. Otro ejemplo es que la gente se sigue sintiendo identificada con el concepto “calentamiento global” en lugar de “cambio climático”, por lo que es necesario mover los centros de atención hacia otros más claros y precisos.

Bibliografía:

Nota  en el portal de la Universidad de Princeton| Artículo original en IOP Science | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales