Una nueva especie de tapir que todos en la Amazonia conocían, excepto los científicos

Un macho (al frente) y una hembra de Tapirus kabomani. (Imagen tomada de la nota fuente). A veces la ciencia tiene que bajar las manos y reconocer que necesita ayuda. Hasta hace poco, se pensaba que en la selva del Amazonas sólo había una especie de tapir. Pero cuando decimos "se pensaba" en realidad queremos decir "la comunidad científica pensaba", porque las comunidades indígenas de la Amazonia sabían bien que había más de un tipo de tapir que chapoteaba en los charcos de la selva.

Los tapires son de los mamíferos más grandes del continente, y por eso nos puede resultar sorprendente que se descubra una nueva especie de estos animales cuando se supone que en estos tiempos de Google Earth ya queda poco por explorar. Por suerte, la naturaleza se regodea en llevar al límite máximo nuestra capacidad de sorpresa y al límite mínimo nuestras ínfulas de sabelotodos. Esta nueva especie de tapir (o anta, en portugués) fue bautizada como Tapirus kabomani por los científicos que lo describieron, liderados por Mario A. Cozzuol y Fabrício R. Santos de la Universidad de Minas Gerais, en Brasil, entre otras.

Eligieron ese nombre porque "Arabo kabomani" es el nombre que las comunidades Paumarí le dan a los tapires. El homenaje es más que adecuado, pues estos pobladores les habían estado repitiendo a los fuereños, desde hace décadas, que los especímenes de tapir que recolectaban en sus tierras eran en realidad dos cosas distintas (y no una, como los científicos pensaban). Esos científicos, claro, llegaban a sus laboratorios y decidían que esta nueva especie era sólo una variedad de la especie más común, el tapir brasileño o Tapirus terrestris. De modo que incluso en varios museos de historia natural ya había cráneos o pieles de esta nueva especie.

El ejemplar del American Museum of Natural History fue recolectado (por no decir cazado) por Theodore Roosevelt en persona, e incluso él notó que ese individuo de tapir era "un adulto completamente maduro, pero mucho más pequeño que [otro] que yo había matado. Los cazadores dijeron que era de un tipo distinto"; pero de vuelta a los EU, nadie escuchó a los cazadores. Además de ser más pequeño, Tapirus kabomani tiene un pelaje más oscuro y algunas diferencias en la estructura ósea de su cráneo. Los investigadores sumaron la descripción de esas diferencias en el cuerpo con comparaciones del ADN entre las ahora cinco especies de tapir.

Con sus resultados, fruto de casi diez años de trabajo (y, sobre todo, de sospechas), los investigadores ya se atreven a decir que hay una nueva especie de tapir en la Amazonía; y no les causa problemas que los pobladores locales lo hayan dicho antes. Al contrario, lo consideran aleccionador: "En un contexto de cambio global y una pérdida acelerada de la biodiversidad, el descubrimiento y la descripción de especies debería basarse en colaboraciones sólidas y eficientes con las comunidades locales," escriben los autores en su artículo, publicado esta semana en el Journal of Mammology.

Como argumento de peso, ahora cuentan con los 110 kilos que pesa cada individuo adulto de esta nueva especie de tapir. Y como argumento de mayor peso aún, ellos señalan que, puesto que el hábitat de T. kabomani es todavía más restringido que el del tapir brasileño, la recién descubierta especie probablemente esté ya en peligro de extinción. Habrá que darse prisa para estudiarla.

 

Bibliografía: Nota fuente | Artículo original | Nota en el blog de Historias Cienciacionales