El sexto sentido de la lengua.

donas No, nuestra lengua no saborea gente muerta. Pero sí detecta un sexto sabor. Además de reconocer el dulce de la fruta, el salado del agua de mar, el amargo de una cerveza, el sabor de una pizza y el umami cuando comemos espinacas, detecta otro más: el de los carbohidratos –nuestra principal fuente de energía–.

Estudios anteriores habían mostrado que algunos roedores pueden distinguir entre carbohidratos que aportan distintos niveles de energía mientras que otros pueden distinguir entre proteínas y carbohidratos, incluso si su habilidad para detectar el dulce se ha perdido. Esta habilidad fue propuesta en humanos cuando se mostró que con sólo tener carbohidratos en nuestra lengua se mejora nuestra actividad física.

Ahora, en un trabajo publicado por investigadores de Nueva Zelanda, se le pidió a varios participantes que apretaran un sensor entre sus dedos cuando detectaran una señal visual. Al mismo tiempo, un dispositivo en su boca bañaba su lengua con uno de tres diferentes fluidos. Los dos primeros fueron endulzados artificialmente, pero sólo uno tenía carbohidratos. El tercero no era dulce ni tenía carbohidratos.

Cuando el líquido con carbohidratos fue saboreado, los investigadores observaron un aumento del 30% en la actividad de las partes del cerebro que controlan movimiento y visión. Ellos proponen que esto es desencadenado porque la boca reporta al cuerpo que hay una entrada de carbohidratos.

Los resultados podrían explicar por qué los productos dietéticos y light son vistos como poco satisfactorios cuando se comparan con sus contrapartes, y por qué las bebidas con estas moléculas adicionadas animan de inmediato a los atletas –incluso antes de que sus cuerpos puedan convertir los carbohidratos en energía.

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Bibliografía:

Nota fuente en Science  | Artículo original en Appetite  | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales