La luz artificial y el ruido vehicular tienen efecto sobre los ritmos biológicos de los mirlos


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El ruido del tránsito de vehículos y el alumbrado nocturno provoca que los pájaros del centro de la ciudad de Lipsia, Alemania, sean activos cinco horas más temprano en la mañana, comparados con los pájaros que habitan áreas más naturales, esto de acuerdo a una investigación realizada por investigadores del Helmholtz Centre for Environmental Research.

El grupo interdisciplinario eligió al mirlo (Turdus merula), como modelo para la investigación. Este pájaro habitante del bosque, se adaptó a las condiciones de la ciudad desde el siglo XIX, donde ahora es un residente común. Durante 15 semanas de las primaveras del 2011 y 2012, se obtuvo información sobre el canto de los mirlos desde la 1:30 am hasta el amanecer. El estudio cubrió un área de 215 hectáreas, lo que incluyó un gradiente urbano de 3 km, que se extiende desde el centro de la ciudad, a través de un parque, hasta el bosque inundable. Además, los investigadores utilizaron información de estadísticas oficiales para calcular la distribución del alumbrado artificial y los niveles de ruido.

El análisis de los datos mostró que mientras más brillante es la noche, más temprano comienzan los pájaros a cantar. Esta relación corresponde a bajos niveles de luz artificial, pero parece ser que alcanza un umbral, que de ser superado, no llevará a un canto aún más temprano. Pero ¿por qué cantar más temprano? El ruido del tránsito vehicular enmascara el canto de los pájaros macho, normalmente utilizado para marcar y defender su territorio. Por tanto, parece ser que los pájaros prefieren cantar más temprano, debido a que a esa hora los niveles de ruido son bajos, y así pueden defender su territorio en el centro de la ciudad. Un dato interesante es que existe una diferencia grande en el inicio del canto matutino cuando es la temporada de apareamiento. Los autores mencionan que esto se puede deber a que una vez que los territorios y las parejas están establecidas, la necesidad de un canto se ve reducido. Otra posibilidad es la cantidad de horas dormidas en esta época.

Se han hecho muchos estudios sobre la contaminación del aire, la sonora y del agua, pero poco se ha hecho con la contaminación lumínica. Este estudio combina los efectos del ruido vehicular y la luz artificial, factores que causan estrés en humanos y, como se ha visto, en pájaros. Los investigadores apuntan a que los ritmos biológicos no sólo se ven afectados en las ciudades, sino también en las áreas vecinas. Con el crecimiento de la población y de la urbanización, es probable que el problema se exacerbe en muchas regiones del planeta.

Fuentes:

Artículo original en PLoS One (libre acceso)  | Nota del Helmholtz Centre for Environmental Research | Nota en el blog de Historias Cienciacionales