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Google busca niños y jóvenes mexicanos con mentes inquietas

Pocos adultos podrán negar que un asunto en el que cualquier niño es indudablemente mejor que nosotros sea para hacer preguntas. Y como hacer preguntas es la principal labor de un científico, podemos afirmar que todos los niños nacen siendo científicos. De hecho, hay innumerables estudios que sustentan este argumento. Esto contradice la idea que algunas personas tienen, de que para ser científico se requieren muchos años de quemarse las pestañas estudiando. La ciencia la puede hacer cualquiera que tenga una pregunta. Pero esto no significa que hacer ciencia, buena ciencia, sea sencillo. Requiere de plantear preguntas claras acompañadas de un método diseñado para obtener información sobre el fenómeno que nos interesa, de modo que podamos usar esa información para resolver nuestra pregunta y generar más preguntas, y, con suerte, más respuestas. Y que todo tenga sentido al final.

Es crucial que los diferentes actores dentro de las comunidades impulsen activamente iniciativas que ayuden a que esa curiosidad y esa pasión por el aprendizaje con la que todos nacimos se mantengan vivas durante nuestras vidas. Y es que hacer ciencia no consiste en hacer operaciones matemáticas interminables, ni en memorizarse la clasificación de los seres vivos. Tampoco consiste en memorizar las contribuciones y teorías de personajes clásicos como Mendel, Pasteur, Einsten, etc. Claro, es importante, pero la ciencia consiste en hacer preguntas y en conocer y entender más sobre el funcionamiento del universo y del mundo en el que vivimos. Y, claro, también sobre nosotros mismos.

Proyectos del tipo ¿Cómo puedo construir un cañón lanza-tomates que los lance lo más lejos posible? ¿Por qué algunas frutas se oxidan cuando la cortas? ¿Por qué la comida se conserva más tiempo dentro del refrigerador? ¿Cómo funciona un refrigerador? ¿Por qué cuando los cocino, la clara del huevo se pone blanca y la cebolla se vuelve un poquito transparente? pueden incentivar la creatividad de niños, jóvenes, e incluso adultos.

Las Ferias de Ciencias son concursos en los que los participantes presentan los resultados de un proyecto de ciencia elegido de forma personal de acuerdo a la iniciativa y curiosidad de cada uno. Los resultados pueden presentarse en forma de reporte, poster o prototipo, y generalmente hay uno o varios premios para los mejores proyectos. Google Inc. ha tomado la iniciativa y, aprovechando las nuevas tecnologías, convocó el año pasado a una Feria Internacional de Ciencias, via internet, logrando la participación de más de 7,000 estudiantes de entre 13 y 18 años (secundaria y prepa) provenientes de más de 90 países.

Este año, la Feria de Ciencias de Google está de vuelta. Se buscan chicos y chicas con mentes inquietas de entre 13 y 18 años de edad. Se puede participar de forma individual o en equipos de dos participantes. ¿Tu promedio en la escuela? No importa. Aquí lo que cuenta es tu curiosidad y la relavancia de tu pregunta.

Google Science Fair 2012: Launch Film

¿Los premios? Bueno, ni qué decir, ¿Cómo te suena una expedición en las Islas Galápagos, cortesía de National Geographic? ¿O una beca de Google con valor de $50,000 dólares para tu educación? ¿Una visita al CERN (Organización Europea de Investigación Nuclear) en Génova, Suiza o a los laboratorios de LEGO o Google? Bueno, esos, entre otros, son los premios.

Google ha preparado una sección para educadores interesados en involucrar a sus estudiantes en este proyecto.

Para participar, es necesario registrarse en línea (Da clíck aquí), conseguir el consentimiento de tus papás o tutores y crear un sitio de internet para tu proyecto (guía paso a paso en el sitio web)

Video sobre pasos que hay que seguir para participar

En Más Ciencia, nos gustaría ver a muchos niños y jóvenes mexicanos participando con sus proyectos. En este país contamos con fuentes inagotables de creatividad y no estamos cortos de mentes inquietas. Los invitamos a todos a que nos ayuden a que esta convocatoria sea más difundida en el país. Quizás tu hijo(a), sobrino(a), primito(a) o alumno(a) podría ser el gran ganador, y tal vez, el día de mañana, ¿por qué no?, un gran científico ganador de un Nobel.

Acerca del autor:

Rocio Dominguez Vidaña es licenciada en Ciencias Genómicas por la UNAM y actualmente realiza un doctorado en Biología Celular y Molecular del Cáncer en el Baylor College of Medicine de Houston, Texas.