Fundación Bill & Melinda Gates

El condón más seguro y sensible del mundo necesita del mejor material conocido

Un bloque de aerogel de grafeno descansa sobre los pétalos de una flor de cerezo. (libertaddigital.com) Jazmín tenía 15 años cuando se enteró que ya tenía dos meses de embarazo. Cursaba el segundo año de secundaria, pero lo dejó cuando le fue imposible seguir ocultando su vientre abultado bajo la sudadera. En ese momento, su sueño de la infancia de convertirse en médica se esfumó un poquito. Su hija nació unos meses después, el 12 de mayo de 2008. «Quiero seguir estudiando. Estoy esperando a que Sayuri sea más grande para que vaya a la escuela y a mí me dé tiempo de estudiar», recuerda sonriente en una entrevista que le hizo Mónica Cruz para la revista Emeequis, y que se publicó a principios de 2011.

Ahora, Sayuri tiene cuatro años. A unas cuadras del edificio donde habita con su madre, en el barrio de Tepito de la Ciudad de México, vive Karla con su bebé. Él apenas tiene dos años; cuando cumpla 18, Karla estará en sus treintas, edad en que la mayoría de las mujeres de países como España, Alemania o Suiza comienzan a procrear.

Pero los de Karla y Jazmín no son casos aislados. De acuerdo con el informe "Estado de la Población Mundial 2013", presentado este mes por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la tasa de embarazos infantiles va en aumento en México y el resto de América Latina. Se estima que alrededor del 19% de las jóvenes en países en desarrollo se embarazan antes de entrar a la edad adulta.

El matrimonio infantil, la pobreza, la desigualdad de género y el escaso acceso a la educación sexual o a servicios de salud reproductiva son algunas de las causas subyacentes de este fenómeno. Sin embargo, también existe un pretexto de fondo que llama la atención: a la mayoría de los hombres no les gusta usar condón porque "no se siente igual". En pleno siglo XXI, donde no sólo los embarazos precoces van al alza, sino que también ha aumentado el número de personas con enfermedades de transmisión sexual, esta aseveración resulta preocupante. Sobre todo, cuando el condón es el método anticonceptivo más efectivo, tan sólo después de la abstinencia.

Esto bien lo sabe Stephen Ward, oficial del programa 'Grand Challenge Explorations' de la Fundación Bill y Melinda Gates. Este programa asigna fondos al estudio de ideas que mejoren la salud pública del futuro; en marzo de 2013, lanzó una convocatoria para reinventar el preservativo. «Si la razón predominante de no usar condones es un menor placer sexual, ¿podemos hacerlos más deseables? Ese es el reto a superar», comenta Ward.

Ocho meses después de haber iniciado el concurso, la fundación ya anunció a los 11 finalistas –de las 812 solicitudes iniciales– que tienen la nada fácil tarea de fabricar los condones de nueva generación, y a quienes se les ha otorgado una prima inicial de 100,000 dólares estadounidenses. Entre ellos se encuentran Aravind Vijarayaghavan, investigador de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, y Lakshminarayanan Ragupathy, científico de la empresa india Lifecare Limited. Aunque ambos compiten por el premio final –un millón de dólares para desarrollar su producto–, sus propuestas comparten un sinónimo innovador: el uso del grafeno, el material conocido más flexible y resistente.

El hallazgo de este material causó tal revuelo en la comunidad científica que les mereció el Premio Nobel de Física 2010 a sus descubridores, Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov. El grafeno es una lámina extremadamente delgada compuesta de átomos de carbono enlazados de manera regular en una capa de un sólo átomo de espesor. Además de su característica flexibilidad y resistencia, es impermeable, ligero, abundante y económico. No resulta difícil comprender, entonces, el interés de usarlo para fabricar el mejor condón del mundo.

«Este material se confeccionará para aumentar la sensación natural durante el coito, lo cual debería de fomentar y promover el uso del preservativo. Esto se logrará al combinar la fuerza del grafeno con la elasticidad del látex para producir un nuevo material más delgado, fuerte, ajustado, seguro y, algo muy importante, más placentero», menciona Aravind Vijarayaghavan en entrevista con el diario The Telegraph.

Sin embargo, aún existen inconvenientes al fabricar grafeno a gran escala. Uno de los principales problemas, por ejemplo, ha sido conseguir láminas sin imperfecciones. Puedes leer sobre ello en esta historia cienciacional. Además, todavía falta superar el mayor reto de la convocatoria: que el placer sexual al usar condón sea mayor al del coito sin protección.

Quizá ese escenario no esté muy lejos. Los hijos de Karla y Jazmín podrían ya estar acostumbrados a eso en unos cuantos años. Mientras tanto, y con un poco de suerte, nosotros podríamos ser los primeros sujetos de prueba del condón del futuro.

 

Bibliografía:

Para conocer la lista completa de finalistas que anunció la Fundación Bill y Melinda Gates, puedes entrar a esta página | "Madres adolescentes: la verdad me apendejé" es el reportaje que realizó Mónica Cruz para la revista emeequis | Entrevista con Aravind Vijarayaghavan en The Telegraph | Informe del UNFPA en español | Nota en el blog de Historias Cienciacionales