Anatomía

De dónde viene tu llamado, querido Koala

Imagen tomada de Pinterest El tono del llamado de apareamiento de los koalas macho es 20 veces más bajo de lo que se esperaría para un animal pequeño de 8 kilos. Ahora, una investigación ha develado la razón: los koalas tienen un órgano especializado fuera de la laringe con el que producen dicho sonido.

Durante la temporada de apareamiento, los koalas macho generan una vocalización que está caracterizada por series continuas de inhalación y exhalación (algo así como el rebuzno de un burro) a una frecuencia extremadamente baja. De hecho, este tono es tan bajo, que se esperaría que fuera el de un animal del tamaño de un elefante y no del de este marsupial.

El tamaño del animal está relacionado con el tono ya que las dimensiones de las cuerdas vocales de la faringe se restringen a la frecuencia más baja que un animal puede generar. Por tanto, pequeñas especies harán llamados con frecuencias más altas que los animales grandes. La ubicación diferente de la laringe de estas cuerdas vocales de los koalas es lo que facilita que se alcancen dichos tonos.

Los autores de esta investigación, provenientes de diferentes universidades, se basaron en datos morfológicos, de video y acústicos para estudiar dicho comportamiento. Con él observaron que los koalas tienen un par extra de cuerdas vocales con pliegues que asemejan a dos largos labios carnosos, justo por encima de la laringe en la unión entre las cavidades nasales y orales. A simple vista no parecerían muy diferentes de las cuerdas laríngeas de otros mamíferos, pero su localización es muy inusual. Los investigadores mencionan que el único otro ejemplo de un órgano que produce sonido de manera independiente de la laringe son las ballenas dentadas que usan labios fónicos para la ecolocalización.

Este es el primer estudio que da evidencia de un mamífero terrestre que tiene un órgano diferente a la laringe para producir sonido. Por tal motivo, los investigadores seguirán estudiando si esta adaptación es única para los koalas. Bibliografía:

Artículo original en Current Biology | Nota fuente de ScienceDaily | Nota en el blog de Historias Cienciacionales

¿Qué tiene el cerebro de Albert Einstein que no tenga el tuyo?

Imagen publicada en el artículo original. En el recuadro verde se nombra al cuerpo calloso, señalado en el cerebro. En 1955, unas horas después de que Einstein falleció, el patólogo Thomas Harvey removió el cerebro del cráneo de uno de los físicos más importantes del Siglo XX, y fotografió algunas secciones. Si la simple extracción ha causado controversia por más de cincuenta años, las características de su cerebro han sido el centro de atención y de discusiones, ya que muchos aseguran que es ahí donde está la clave de su inteligencia. Ahora, una nueva investigación analizó las imágenes que el patólogo capturó en la década de los 50’s, y reveló que su cerebro presenta un cuerpo calloso, el puente de comunicación entre ambos hemisferios, más grande que el promedio.

Los investigadores midieron el grueso del largo de una porción específica del cuerpo calloso del cerebro de Einstein y lo compararon con el de 15 hombres maduros y 52 jóvenes. El grosor del de Einstein fue mayor que el del promedio de los dos grupos de hombres. Los autores proponen que esto se debe a que existen más fibras nerviosas que conectan regiones clave, como las dos partes de la corteza prefrontral, parte responsable de que los humanos tengamos un pensamiento complejo y la capacidad de tomar decisiones. De hecho, ya se tenía evidencia de que algunas partes del cerebro de este notable físico son muy grandes y con muchos pliegues intrincados.

No nos desanimemos. La variación existe en toda la naturaleza. Tanto el cerebro de Einstein, como el nuestro, y el de todo aquel organismo con uno, tienen ciertos atributos que los hacen únicos. Por medio de algún escaneo cerebral podemos conocer las características de nuestro cerebro, o incluso podemos estudiar el de alguien que ya lo haya donado. Por ejemplo, el análisis del cerebro del matemático Carl Gauss, el Princeps mathematicorum (palabras en latín que en español significan “príncipe de las matemáticas”), arrojó que su órgano presentaba muchas circunvoluciones, característica que han relacionado con su inteligencia.

Fuentes: Artículo original en Brain | Nota en Science | Entrada en el blog de Historias Cienciacionales

Sí hay una relación entre la anatomía del cráneo y el caminar en dos patas

Imagen que muestra la comparación de los esqueletos de tres mamíferos que caminan en dos patas: el jerbo de Egipto, un canguro y un humano. Tomado de la nota fuente. Es hora de levantarse. Pasan los obligatorios 5 minutos extra de sueño, ruedas a un extremo de tu cama, te levantas sobre tus dos piernas y comienzas a caminar. Tu día ha comenzado. Para nosotros, como para otros animales, caminar sobre dos patas es un acto natural, pero los antropólogos y demás estudiosos del tema han pasado años haciéndose preguntas como: ¿existe alguna relación entre la bipedestación y la anatomía del cráneo? Esta vez, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas ha confirmado que el foramen magno, un agujero en la base del cráneo que conecta con la espina dorsal, está relacionado con la bipedestación.

El foramen magno ha sido explicado como una adaptación para mantener el balance de la cabeza encima de la columna vertebral durante el caminar en dos patas. En el caso de los humanos, este agujero se localiza paralelo al suelo en la base del cráneo, mientras que en el caso de los chimpancés y otros mamíferos, se encuentra más hacia la parte posterior del mismo, en ángulo oblicuo, en tanto que la espina está posicionada un poco más hacia atrás de la cabeza.

Para este estudio, los investigadores midieron la posición del foramen magno en 71 especies de tres grupos de mamíferos: marsupiales, roedores y primates. Al comparar la posición del agujero, fueron capaces de descartar otras posibles explicaciones para el foramen, como las diferencias en el tamaño del cerebro. De acuerdo con los resultados, la posición del foramen magno paralelo al suelo no es exclusivo de humanos, sino también en otros animales como el jerbo o el canguro.

Como uno de los pocos rasgos craneales relacionados con la locomoción, la posición del foramen magno es una característica importante para el estudio de la evolución humana. De hecho, los investigadores mencionaron que ahora que se sabe que el agujero es característico de los mamíferos que caminan en dos patas, se podrá asegurar que los fósiles que los presenten también caminaban en dos patas.

 

Fuentes:

Artículo original en ScienceDirect | Nota de la Universidad de Texas en Austin | Nota en el blog de Historias Cienciacionales