aminoácidos

El mito urbano alrededor del aspartame: ¿es en realidad un dulce veneno? [Parte 2 de 2]

La vez anterior platicábamos de los dos primeros mitos e inquietudes que el aspartame ha despertado en ciertos sectores de la sociedad. En esta ocasión voy a terminar de analizar el caso del aspartame, retomando en donde me quedé la última ocasión:

3. El aspartame es responsable de aproximadamente el 75% de las reacciones adversas por aditivos a las comidas que son reportadas a la FDA. Dichas reacciones incluyen convulsiones, migrañas, vértigo, nausea, espasmos musculares, subida de peso, depresión, fatiga, irritabilidad, palpitaciones, dificultad para respirar, ansiedad, esquizofrenia y muerte.

3. ¿El aspartame produce tantas enfermedades como dicen?

Traté de encontrar el origen de aquel 75% de casos reportados a la FDA. Sin embargo, en ningún sitio oficial se menciona dicho porcentaje.  Lo que sí encontré es que los efectos del aspartame se han estudiado profundamente, siendo el aditivo alimenticio más analizado en el mundo, habiendo sido aprobado por más de 90 agencias regulatorias alrededor del mundo de manera independiente. Además, se han publicado más de medio millar artículos científicos sobre los efectos del aspartame desde 1988, y todos determinaron que éste es seguro para el consumo humano. Se han analizado sus efectos en animales, humanos, niños, personas obesas, diabéticos y mujeres durante la lactancia, y ninguno ha encontrado que alguno de los efectos mencionados anteriormente exista.

En el 2007, la Fundación Europea Ramazzini para la Oncología y las Ciencias Ambientales declaró que había conducido ciertos estudios que asociaban la ingesta de aspartame con la formación de tumores en ratas. Sin embargo, los datos de estos estudios fueron reanalizados por la FDA y su equivalente en Europa, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria, quienes encontraron errores en el estudio. Posteriormente, ambas agencias llevaron a cabo sus propios estudios, y en 2009 determinaron que no había razón para creer que el aspartame pudiera generar tumores en seres humanos (ni ratas).

Otro de los mitos alrededor del aspartame es que es el causante de fuertes dolores de cabeza, mareos, vértigo y migrañas severas. Este mito se puso a prueba en un estudio de Schiffman et al. del Departamento de Psiquiatría de la universidad de Duke. Ellos diseñaron el siguiente experimento para poner a prueba la relación entre los dolores de cabeza y el aspartame: invitaron a 40 personas quienes en alguna ocasión habían expresado haber sufrido los síntomas antes mencionados tras haber consumido algún producto con aspartame. Entonces, separaron a este grupo de cuarenta personas en dos: un grupo al que le administraron un producto con aspartame, y al segundo grupo le administraron un placebo, es decir, un producto que no contenía aspartame. Lo interesante del estudio es que los que recibían el producto no sabían si estaban recibiendo el producto con aspartame o el placebo. Los resultados indicaron que sólo el 35% de aquellos individuos que recibieron el producto con aspartame desarrollaron síntomas como dolores de cabeza, así como el 45% que recibieron el placebo, que no contenía aspartame. Esto quiere decir que el dolor de cabeza difícilmente puede ser relacionado con el aspartame, y que probablemente el origen de esos dolores se encuentra en otra parte.

¿Entonces, el aspartame es seguro para todos?

Siempre existe la posibilidad de que algún día se descubra un efecto adverso a cualquier sustancia en el mercado, y cuando esto ocurre los encargados de la salud de cada país retiran dichos productos. Sin embargo, aunque la gente y ciertos grupos reporten una lista de reacciones adversas, éstas no son significativas por sí solas. Se pueden reportar miles de historias de personas que sufrieron algún malestar después de consumir algún producto con aspartame, pero estas historias caen en un tipo de falacia lógica llamada post hoc, ergo propter hoc. ¿Qué significa esto? Bien, esto quiere decir sólo porque algún evento A ocurrió justo después de alguna situación B, no quiere decir que la situación B sea necesariamente la causa de dicho evento A. En otras palabras, si una persona se toma un vaso de jugo de zanahoria endulzado con aspartame todos los días, y de repente desarrolla alguna enfermedad crónica, no se puede culpar directamente al aspartame de dicha enfermedad (¡y menos a la zanahoria!). Estudios controlados como los que han desarrollado las agencias regulatorias de 90 países de manera independiente son necesarios para determinar si los síntomas reportados que ocurren en las personas que consumen aspartame son en realidad causados por el aspartame o por alguna otra situación ajena a este endulzante artificial. Y hasta el momento, ninguno de esos estudios nos ha dado motivos para dudar de su seguridad.

Entonces, la respuesta a la cuestión de la seguridad del aspartame es sí, es seguro utilizarlo, con una sola excepción. Quizá hayas notado que las etiquetas de los productos con aspartame dicen "Fenilcetonúricos: Contiene Fenilalanina". ¿Qué quiere decir esto? Bueno, existe una enfermedad hereditaria llamada Fenilcetonuria que afecta la vía metabólica encargada de metabolizar la fenilalanina. Esta es una condición que se hereda de padres a hijos y no es algo que puedas adquirir durante el transcurso de tu vida. Al no poder metabolizar la fenilalanina los niveles de este aminoácido se acumulan en el cuerpo, pudiendo ocasionar estragos irreversibles en el cerebro y otras partes del sistema nervioso. Dado que el aspartame está conformado por fenilalanina, aquellos que sufren de fenilcetonuria deben abstenerse de consumir aquellos productos que la contienen. Para el resto de las personas no se ha demostrado que existan riesgos significativos para la salud.

Así que no te preocupes y disfruta aquellas bebidas endulzadas con aspartame. Sólo recuerda que el aspartame por sí sólo no ayuda a bajar de peso, simplemente hace que el contenido calórico de tus bebidas y postres sea menor al que tendrían si estuvieran endulzadas con azucar o fructosa. Por ello, si estás dentro de un régimen para bajar de peso o eres diabético, no olvides que una dieta balanceada y hacer ejercicio regularmente son los mejores aliados para una vida saludable. ¡Recuerda esto la próxima vez que te acompañes tus taquitos al pastor con una Coca Light!

Referencias y lecturas adicionales:

Aspartame: a safety evaluation based on current use levels, regulations, and toxicological and epidemiological studies. Crit Rev Toxicol. 2007;37(8):629-727. (en inglés)

Aspartame: review of safety.  Regul Toxicol Pharmacol. 2002 Apr;35(2 Pt 2):S1-93. (en inglés)

Aspartame Controversy en Wikipedia (inglés)

Acerca del autor:

José Antonio Alonso es egresado de la Licenciatura en Ciencias Genómicas de la UNAM. Actualmente se encuentra estudiando una Maestría en Bioética en la Universidad de Pennsylvania.

El mito urbano alrededor del aspartame: ¿es en realidad un dulce veneno? [Parte 1 de 2]

¿Alguna vez te han dicho que el aspartame es malo para tu salud? A muchos de nosotros también, pero ¿qué tan cierto es? En esta serie de entradas del blog vamos a analizar el mito urbano alrededor del aspartame, esperando que la información que te brindemos te ayude a despejar las dudas en cuanto al este famoso edulcorante.

El aspartame es un substituto de azúcar con bajo contenido calórico que se comercializa bajo las marcas Equal, Nutra-Sweet y Canderel. La composición química del aspartame se reduce a la combinación de dos aminoácidos: ácido aspártico y fenilalanina. Hay que recordar que los aminoácidos son los bloques constructores de las proteínas que consumimos en productos como carne, huevo, lácteos y algunas plantas como la soya, entre otros. Ahora bien, depende de a quién le hagas caso, el aspartame puede ser un compuesto seguro que ayuda a los regímenes de reducción de peso y del control de la diabetes, o bien una encarnación maligna y venenosa que está destruyendo la salud de aquellos que lo consumen. La pregunta es: ¿quién tiene la razón?

A través del internet han circulado infinidad de cadenas y presentaciones en PowerPoint que aseguran que consumir aspartame es malo para la salud. Las cosas que se mencionan en estos correos pueden agruparse en tres categorías:

1. El aspartame es malo porque se deriva del excremento de una bacteria genéticamente modificada llamada E. coli.

2. Tras ser ingerido, el aspartame se metaboliza en ácido aspártico, fenilalanina, metanol, formaldehído y ácido fórmico, los cuales son malos para la salud.

3. El aspartame es responsable de aproximadamente el 75% de las reacciones adversas por aditivos a las comidas que son reportadas a la FDA. Dichas reacciones incluyen convulsiones, migrañas, vértigo, nausea, espasmos musculares, subida de peso, depresión, fatiga, irritabilidad, palpitaciones, dificultad para respirar, ansiedad, esquizofrenia y muerte.

Para conocer cuál es la validez de cada una de estas aseveraciones, te invito a que analicemos cada una de ellas. En esta entrega vamos a analizar las primeras dos aseveraciones, y en la siguiente ocasión vamos a analizar a detalle la número 3.

1. ¿El aspartame se produce a través del excremento de una bacteria?

En algunos mercados, la manufactura de aspartame toma ventaja de procesos de ingeniería genética modernos. Estos procesos pueden describirse de la siguiente manera: los científicos toman una bacteria, en este caso Escherichia coli, que es una bacteria que vive en condiciones normales en nuestros intestinos y que forma parte de nuestra flora intestinal, y le introducen un pequeño segmento de ADN llamado plásmido. Este plásmido contiene algunos genes de interés para que la bacteria produzca lo que los científicos quieren. Este proceso se ha utilizado para producir una gran cantidad de enzimas y compuestos útiles para el hombre. En el caso del aspartame, lo que los científicos han hecho es introducir un plásmido que contiene las instrucciones para producir más fenilalanina, convirtiendo a las bacterias en un tipo de fábrica a nuestro servicio. Es importante mencionar que la fenilalanina en exceso que producen estas bacterias modificadas es exactamente igual a la fenilalanina que se produciría naturalmente, por lo cual no existe una diferencia que pudiera representar riesgo alguno. Posteriormente, la fenilalanina es combinada con el ácido aspártico, el cual es producido de una manera similar, para generar el aspartame.

Decir que el aspartame, o más bien la fenilalanina, es producida a través del "excremento" de las bacterias es una representación errónea de todo este proceso. Las bacterias como E. coli producen fenilalanina de manera natural, y las instrucciones que se introducen a través del plásmido lo único que le dicen a la bacteria es "¡Produce más fenilalanina, por favor!". Como ya había comentado, este proceso se ha utilizado para otros procesos, como la producción de Humilina, que es la insulina humana producida mediante ingeniería genética. Cuando se comenzó a producir insulina para los diabéticos, se utilizaba insulina derivada de animales como vacas y cerdos, los cuales llegaban a producir reacciones alérgicas en las personas que la utilizaban ya que la insulina de animales es ligeramente distinta a la insulina de los seres humanos. Sin embargo, con técnicas de ingeniería genética como las que hemos visto, los científicos encontraron la manera de decirle a las bacterias "Hey... aquí están las instrucciones para producir insulina humana, ¿nos ayudas?". El éxito ha sido tan grande que hoy en día la insulina de origen animal ya no es usada ni producida.

2. ¿El aspartame se metaboliza en productos venenosos para el ser humano?

Muchas de las cosas que comemos pueden ser absorbidas por el cuerpo tal cual como las ingerimos, esto sucede con el agua. Sin embargo, la mayoría de los alimentos deben ser metabolizados para poder ser utilizados por nuestro organismo. Esto quiere decir que las moléculas deben ser cortadas en pedacitos más pequeños. Un ejemplo son las proteínas, que consisten en largas cadenas de aminoácidos que deben ser divididas que el cuerpo pueda utilizarlas. El aspartame también debe ser metabolizado. El proceso que el aspartame sigue para ser metabolizado es el siguiente: primero, el cuerpo lo corta en sus dos componentes principales: ácido aspártico y fenilalanina. Durante este proceso se producen moléculas de metanol, conocido como el "alcohol de madera", que cuando es consumido en grandes cantidades puede tener reacciones adversas como la ceguera e inclusive la muerte. Entonces, ¿eso quiere decir que el aspartame es peligroso? Bueno... no necesariamente. El metanol es producido en pequeñas cantidades como un compuesto secundario del metabolismo de una gran variedad de alimentos, y la cantidad es tan pequeña que no sufrimos ningún efecto secundario. Por ejemplo, el metabolismo de una taza de jugo de tomate produce seis veces más metanol que un vaso de refresco de dieta, y no por ello se considera que el jugo de tomate sea seis veces más peligros que un refresco de dieta. Ahora bien, el metabolismo del metanol continúa, y se completa cuando éste es transformado en formaldehído, que es a su vez es convertido por el cuerpo en ácido fórmico. El ácido fórmico es otra sustancia que, cuando es ingerida en grandes cantidades, puede tener efectos desastrosos para la salud. Sin embargo, estudios en el metabolismo humano han encontrado que el ácido fórmico es eliminado cuando se rompe en moléculas de agua y dióxido de carbono, y que este proceso es mucho más rápido cuando el ácido fórmico se encuentra en el cuerpo tras la ingesta de ácido aspártico. ¿Y cuál podría ser una fuente de ácido aspártico? Oh, sí: ¡el aspartame!. Entonces, podemos decir que es cierto, cuando consumimos aspartame, el metabolismo genera compuestos como metanol y ácido fórmico, pero esto no significa que sean peligrosos para nuestra salud. Como ya vimos, estos compuestos aparecen en mayores cantidades cuando consumimos otros alimentos, como el jugo de tomate, y hasta la fecha nadie se ha muerto por tomarse un Clamato (¡o varios!).

Continuará…

Acerca del autor:

José Antonio Alonso es egresado de la Licenciatura en Ciencias Genómicas de la UNAM. Actualmente se encuentra estudiando una Maestría en Bioética en la Universidad de Pennsylvania.