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Por qué hacemos divulgación de la ciencia

Hoy quiero hablar un poco acerca de la motivación que nos impulsa a crear y mantener este espacio. Quiero explicar por qué, como científicos en formación, escribimos sobre ciencia. Te invito a imaginarte brevemente del otro lado de la cerca, a visitar el mundo científico. De este lado, en donde pasamos mucho de nuestro tiempo los científicos, se nos enseña cómo generar conocimiento fidedigno y reproducible. La mayoría de nosotros, no solo como científicos, sino como seres humanos, tenemos un interés natural, casi innato, en entender y descubrir cómo funcionan las cosas, además de un instinto creativo que nos insta a romper fronteras intelectuales y/o físicas. Observamos nuestro entorno, pensamos en una explicación para un fenómeno natural o una solución a un problema, e ideamos una manera de probar nuestra idea. Procedemos a probar nuestra idea o a corroborar nuestra observación, y nos aseguramos de anotar los detalles para que otro pueda repetir nuestros experimentos y confirmar por sí mismo nuestro descubrimiento. Una vez que estamos satisfechos con la rigurosidad de estos experimentos decidimos publicar nuestros hallazgos. Escribimos un artículo científico describiendo detalladamente lo que encontramos, cómo lo encontramos y porqué es importante. Lo enviamos a otros científicos para que revisen nuestra estrategia, la critiquen y la mejoren. Una vez que nos dan su aprobación, el artículo es publicado en una revista científica. Sin embargo, este artículo generalmente esta plagado de lenguaje científico que lo hace difícil de comprender para la sociedad en general.

Afortunadamente, tenemos profesionales comprometidos, generalmente periodistas, que permiten sacar a luz estos descubrimientos. Sin embargo, pocas veces existe un diálogo directo con aquel que se dedica a crear conocimiento, con el testigo, con el científico. Personalmente, considero esto una enorme pérdida. ¿Por qué? Porque creo firmemente que la mayoría de la gente debe tener acceso a esta información, en primer lugar porque es fascinante, una pasión intelectual contagiosa; y en segundo lugar porque, en muchos casos, muchos más de lo que crees, afecta tu vida de manera directa. Los resultados del uso de la ciencia para nuestro beneficio son tangibles e inundan todos los aspectos de nuestra vida. Tal vez no lo notas, pero si estas leyendo estas líneas es porque tienes acceso a una computadora, que funciona no con magia, sino aprovechando leyes naturales que descubrimos a través de la ciencia. Lo mismo pasa con tu teléfono celular, tu tele, el internet, tu coche, tu estufa y también es lo que hace que tu casa no se te caiga encima. El descubrimiento del método científico es lo que nos ha permitido crecer y mejorar el nivel de vida de la sociedad en general, que bien si aún no es accesible aún a toda la población del planeta, sigue aumentando lentamente.

Muchos descubrimientos científicos pueden parecer ajenos o irrelevantes, sin embargo, hay áreas de la ciencia actual que pronto te afectarán directamente. Por ejemplo, ¿has visto la película Gattaca? En ella se describe una era en la que todo mundo tiene acceso a la información genética de los demás, tan solo con obtener un cabello o algunas células de la piel de esa persona (cada día pierdes entre 10 y 100 cabellos (1), y aproximadamente 1,490 células por cada milímetro cuadrado de piel (2)). En esta sociedad futurista, se selecciona la ocupación y futuro de sus ciudadanos en base a esta información genética. Es una película de ciencia ficción, sin embargo, como ya te hemos mostrado en otros posts, los avances en las tecnologías para secuenciar (leer) nuestra información genética están creciendo a pasos agigantados. El futuro nos está alcanzando. ¿Y a mí en qué me afecta que cualquiera pueda adquirir mi información genética?, te preguntarás. Pues supongamos que una compañía de seguros la consigue y se rehúsa a asegurarte porque tienes una alta posibilidad de padecer cierta enfermedad (cáncer, Alzheimer, diabetes), ya que es probable que estés enfermo por varios años, representando una pérdida para la compañía. O no te contrata por una razón similar. Por otro lado, puede ser que en un futuro tu médico utilice esta información genética para decidir que terapia personalizada utilizar para atacar el cáncer que te aqueja, incrementando así tus posibilidades de sobrevivir a esta terrible enfermedad. Esto aún no es una realidad, pero saber de estos avances nos permite comenzar a pensar estrategias para aplicar estos conocimientos y tener en mente sus consecuencias en ámbitos políticos, económicos, sociales, legales, etc.

Por eso, como científica en formación, siento la responsabilidad civil de informarte acerca de lo que esta pasando de este lado de la cerca. Para que pienses en ello y te asombres, sueñes y, de ser necesario, pienses en el impacto que tendrá en tu vida y en nuestra sociedad. Si eres político, en cómo legislarlo de forma responsable, ética y moral. Si eres médico, en cómo se podrá implementar en tu práctica para mejorar e incrementar el éxito de tus tratamientos. Si eres maestro, en cómo enseñarlo a tus alumnos. Si eres empresario, en cómo producirlo para hacer llegar sus beneficios a la población. Si eres padre o madre de familia, en cómo explicárselo a tus hijos. Puede representar enormes avances pero, como toda herramienta, también puede representar riesgos si es usada de forma irresponsable, riesgos que podemos evitar al conocer las implicaciones de estos descubrimientos. Debemos comprenderlos y aplicarlos de manera informada. Y es difícil hacer esto si esta información no es accesible y esta plagada de lenguaje científico ininteligible. Es tu derecho como ciudadano y nuestra obligación civil como científicos, contribuir y fomentar espacios como este. Y si no logramos nuestro objetivo con un post, estamos aquí para ayudarte a entender que es lo que nosotros y otros científicos, estamos haciendo.

Y por eso, mi estimado lector, es que existe la sección de divulgación de este blog.

Acerca del autor: Selene Fernández Valverde es egresada de la UNAM y actualmente realiza un doctorado en bioinformática en el Instituto para las Biociencias Moleculares de la Universidad de Queensland, Australia.

(1) Wasko et al. Standardizing the 60-Second Hair Count. Archives of Dermatology (2008) vol. 144 (6) pp. 759 (2) Weinstein et al. Cell Proliferation in Normal Epidermis. Journal of Investigative Dermatology (1984) vol. 82 (6) pp. 623