Sueño

Te ves cansado, Buzz. Ve a dormir.

buzzCuando Buzz Aldrin regresó a la Tierra de la misión Apollo 11, dijo que en su travesía a penas había podido dormitar un par de horas. Dormir en el espacio es una verdadera odisea para los astronautas. En los tiempos de Aldrin, Neil Armstrong y Michael Collins, las estaciones y transbordadores espaciales eran frías y ruidosas.Aunque ahora son silenciosas y oscuras, los trajes espaciales siguen siendo incómodos. Además, en el caso de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), el Sol se asoma cada hora y media.

Ahora, un grupo de investigadores de instituciones estadounidenses estudió el patrón de sueño de ochenta y cinco miembros de la ISS y transbordadores espaciales durante diez años. Para esto, midieron su tiempo sueño-vigilia a través de un dispositivo no invasivo colocado en sus muñecas, además de tomar en cuenta sus diarios, donde se encargaron de registrar las características de su descanso y el consumo de drogas para conciliar el sueño. Todos estos datos fueron recabados antes, durante y después del lanzamiento.

Los resultados mostraron que a pesar de que el horario oficial de las expediciones los obliga a tener poco más de ocho horas de sueño por noche, rara vez descansaron más de cinco. Además, para tener las horas de descanso completas, tres cuartos de los astronautas ingirieron medicamentos para dormir, e incluso a veces la tripulación completa llegó a ser sedada para que descansaran.

La deficiencia de sueño se observó durante la misión, pero también durante el entrenamiento, esto es tres meses antes de la expedición. Es la falta de gravedad una posible explicación.

Los autores del trabajo mencionan que debido a que la falta de sueño crónica lleva a un detrimento del rendimiento, este trabajo enfatiza la necesidad de desarrollar medidas preventivas efectivas para promover el sueño reparador en los cosmonautas.

Fuentes:

Artículo original |  Nota en la revista Science |  Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales | Imagen 

Recordar o no recordar un sueño, he ahí la cuestión

26022014 " -¿Puedo masajear tus pies?

-¿Por qué quieres masajear mis pies?

-Porque te duelen.

-¿Me duelen?

-Sí. Corriste toda la noche en mis sueños. "

Una de las maneras de agrupar a las personas en este planeta es separando a los que recuerdan santo y seña de lo que soñaron la noche anterior de los que ni siquiera saben que se puede soñar. Sin embargo, los sueños son un tema poco entendido en la esfera científica. ¿Será que existe alguna diferencia en los cerebros de las personas que pueden recordar un sueño de las que no?

Una manera de abordar esta pregunta es a través del estudio de la actividad cerebral de personas en la fase de vigilia y dormidas, a través de una técnica llamada tomografía por emisión de positrones, que detecta y analiza la distribución de la actividad del interior de un cuerpo. Las personas serán divididas de acuerdo a nuestra separación inicial: los que recuerdan un promedio de cinco sueños a la semana y los que recuerdan dos sueños cada mes, aproximadamente.

Si analizamos los resultados, veremos cómo aquellos que recuerdan más sueños tienen una actividad cerebral espontánea importante, ya sea durante la vigilia o dormidos. Esta alta actividad, específicamente en la corteza prefrontal medial y en la unión temporo-parietal, promueve que se generen imágenes mentales y que se almacenen en forma de sueños. Incluso, se ha visto que si se lesionan estas dos partes del cerebro, se deja de soñar.

La unión temporo-parietal es una zona del cerebro relacionada a que pongamos atención hacia estímulos externos. Esto explica por qué las personas que recuerdan lo que sueñan despiertan con frecuencia durante este proceso, ya que un cerebro dormido no es capaz de memorizar información nueva; éste necesita ser despertado para hacerlo.

Una cosa debe quedar clara: la división entre personas que recuerdan o no sus sueños no es la misma a la que hay entre personas que producen pocos o muchos sueños.

Bibliografía:

Nota original en Science Daily| Artículo original en Nature | Nota en el blog de Historias Cienciacionales

*La cita del inicio pertenece a la película “Paris, je t’aime”.

Dormir limpia el cerebro

“La siesta”, de Vincent van Gogh Ya se sabía que dormir es importante para almacenar recuerdos y, ahora, un estudio realizado en ratones demostró que dormir cambia la estructura celular del cerebro y lo limpia.

¿Qué sucede durante el sueño para que nuestro cerebro se limpie? Al analizar el cerebro de ratones, los investigadores de este estudio observaron que el espacio entre las neuronas de nuestro cerebro aumenta durante el sueño. Esto es porque un sistema de tuberías en el cerebro, llamado en inglés “glymphatic system”, se abre y deja que el líquido cefalorraquídeo lo recorra y así elimine los desperdicios que resultan de la actividad celular.

Los autores del trabajo estudiaron el cerebro al inyectar tinta en el líquido cefalorraquídeo de ratones y observaron cómo fluía en el cerebro mientras monitoreaban la actividad eléctrica del cerebro. Lo que detectaron es que la tinta fluyó rápidamente cuando los ratones estaban inconscientes, dormidos o anestesiados, a diferencia de cuando estaban despiertos, cuando la tinta apenas fluía.

Los investigadores se dijeron sorprendidos por lo poco que fluye el líquido cefalorraquídeo cuando los ratones están despiertos. Para probar la idea de que el espacio entre las neuronas cambia entre el estado consciente e inconsciente, utilizaron electrodos insertados en el cerebro de ratones para medir directamente el espacio entre las neuronas. Observaron que el espacio aumentó 60% cuando los ratones estuvieron dormidos o anestesiados.

Esto no termina aquí. Estudios anteriores han sugerido que las moléculas tóxicas relacionadas con desórdenes neurodegenerativos se acumulan en los espacios entre las neuronas. Así que en este trabajo, los investigadores estudiaron si el sistema glinfático tiene algo que ver con esto. Inyectaron en los cerebros de los ratones beta-amiloide, una proteína asociada con el Alzheimer, y observaron que esta molécula desapareció más rápido de los cerebros cuando los ratones estaban dormidos.

Este trabajo tiene implicaciones importantes para múltiples desórdenes neurológicos, ya que el sistema linfático puede ser el nuevo blanco para tratarlos. También resalta el papel del sueño, pues significa que necesitamos dormir para limpiar nuestro cerebro.

Bibliografía: 

Artículo original en Science | Nota en Sciecedaily | Nota en el blog de Historias Cienciacionales